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El comportamiento agresivo puede ser una señal de que tu niño está experimentando algún tipo de frustración o ansiedad, y puede ser necesario abordar estos problemas subyacentes para resolverlo.
Aquí mostramos algunos puntos que pueden ayudar a resolverlo:
- Enseñar habilidades sociales: Enséñale a tu hijo a comunicarse y a resolver conflictos de manera pacífica y efectiva.
- Proporcionar supervisión y estructura: Establece reglas claras y consistentes para su comportamiento, y supervisa de cerca a tu hijo para asegurarte de que se esté comportando adecuadamente.
- Ayudar a fortalecer la autoestima: Muestra y ejercita su valía a través del diálogo y del reconocimiento de sus características, habilidades y fortalezas dentro de su núcleo familiar.
- Reconocer y reforzar comportamientos positivos: Fomenta el comportamiento adecuado y reconoce cuando tu hijo se comporta bien.
- Proporciona un modelo positivo: Asegúrate de ser un buen modelo a seguir para tu hijo, tratando a los demás con respeto y resolviendo los conflictos de manera pacífica. Trata de evitar que se encuentre en un ambiente de hostilidad donde las diferencias se atiendan violentamente.
- Busca ayuda profesional: Si los comportamientos agresivos persisten, es posible que sea necesario buscar ayuda de un profesional, como un psicólogo, para trabajar en las causas y ayudar a tu hijo a desarrollar habilidades de resolución de conflictos más efectivas. Los Trastornos del comportamiento agresivo deben atenderse por profesionales calificados.
Recuerda que cada niño es único y que lo que funciona para uno, puede no funcionar para otro. Lo primordial es estar atento a sus necesidades y trabajar en conjunto para encontrar soluciones.
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